Como acabamos de ver, producir un vino ecológico significa ser más ecológico, más en sintonía con la naturaleza, por lo que Gérard Bertrand posee ahora más de 950 hectáreas de viñedos con la etiqueta AB o en proceso de reconversión.
Pero, ¿cuáles son las ventajas de un vino de producción ecológica? ¿Y cuáles son las diferencias con un vino tradicional?
La principal ventaja de un vino ecológico de calidad, al igual que un Vino biodinámicoes que expresa todo el potencial de la fruta. La uva, al ser respetada durante su desarrollo, entrega todos sus sabores.
Una parcela de viñedo certificada AB es una garantía de estar en presencia de una viña a la que se le ha dado un manejo homogéneo y equilibrado, con la paciencia de un cultivo que va en dirección a la planta, y no en dirección a la productividad a toda costa. En un vino ecológico, el desarrollo de la propia uva es tan importante como el trabajo realizado por el hombre en la bodega. Pero vayamos al punto más importante, ¡el del gusto!
En general, se observa que los vinos ecológicos, cuando son de calidad, como en el caso de los vinos de Languedoc de Gérard Bertrand, ofrecen sabores más finos y delicados que un vino tradicional. Así, el equilibrio de sabores es notable, con notas florales muy presentes. Una de las razones de este equilibrio es que se trata de un vino que se construye con menos alcohol que un vino tradicional.
Otra característica gustativa típica de los vinos ecológicos de Languedoc es su excepcional mineralidad. Esto se nota especialmente en los vinos producidos en las fincas de Gérard Bertrand, como en el Castillo de l'Hospitaletuna propiedad excepcional situada en el corazón del macizo de la Clape, un terruño calcáreo por excelencia.
La explicación es que una uva no tratada tiene una concentración mucho mayor de oligoelementos y minerales. Esto es lo que hace que, al catar el vino, se recupere ese sabor mineral, fresco, casi salado, sobre todo en los vinos blancos. Un vino ecológico, como hemos visto, es un vino elaborado estando más cerca de lo esencial, de su fruta y de su terruño. Estos sabores son sutiles, equilibrados y revelan su historia.
Si tuviéramos que resumir, podríamos decir que un vino ecológico no miente, simplemente expresa lo que es.